En una sesión de Reiki el paciente simplemente debe tumbarse y relajarse. El terapeuta llegará a un estado de relajación y comenzará a canalizar la energía universal para armonizar al paciente.
Las experiencias del paciente durante la terapia pueden ser muy diversas, desde un estado de relajación profunda y una gran paz interior, hasta pequeños tics momentáneos o un torrente de pensamientos.
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